El organismo acepta que el agua necesaria está prevista en la planificación
Callosa d'En Sarriá aprobó definitivamente el pasado 27 de julio el plan parcial Anibits-Margequevir, donde caben más de 2.000 viviendas y un campo de golf, tras avalar la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) que hay recursos hídricos suficientes. El organismo emitió primero en octubre de 2010 un dictamen desfavorable al considerar que no se acreditaban los recursos disponibles, y luego emitió otro favorable nueve meses después, aunque matizando que lo hacía "sin perjuicio de las determinaciones que, como consecuencia de estudios más detallados o nueva documentación se puedan establecer en las autorizaciones que preceptivamente, en su caso, se deben obtener de este organismo".
La CHJ aceptó las alegaciones que remitió Callosa sobre la base de "un informe de los servicios técnicos municipales ratificado mediante acuerdo de la Junta de Gobierno Local de 11 de mayo de 2011". Cinco semanas después de esa fecha, el organismo de cuenca remitió la documentación modificando su criterio inicial y aceptando que los cinco hectómetros cúbicos que puede llegar a consumir la nueva urbanización (Callosa consume siete hectómetros cúbicos) estaban previstos en la planificación hidrológica para 2015.
Según fuentes conocedoras del expediente, la Comisaría de Aguas de la CHJ ha decidido abrir un procedimiento para legalizar los tres pozos de Sacos que abastecen de agua potable a toda La Marina Baixa y que han sido explotados en régimen de tolerancia, pero sin tener la concesión administrativa, por el Consorcio de Aguas de la Marina Baixa, los regantes de Callosa y el propio Ayuntamiento desde principio de los años ochenta del siglo pasado. En la definitiva dotación de estos acuíferos se enmarcaría la justificación final dada por el organismo de cuenca de la existencia de recursos hídricos suficientes para casi doblar la actual demanda del municipio, de apenas 8.000 habitantes.
El PAI Anibits-Margequevir linda con el término municipal de Altea y ocupa 1,8 millones de metros cuadrados, el 95% propiedad de Miragolf Playa, SA, donde pretende construir 2.178 viviendas de lujo y un campo de golf en la falda de la Sierra de Bèrnia. Durante su exposición pública, el plan acumuló 648 alegaciones en contra, aunque, paradójicamente, ha sido apoyado por el PP, el PSPV (que inició su tramitación antes de 2003) y el Bloc de la localidad y ha generado más contestación en otras poblaciones como Benissa o Altea, que comparten la sierra con Callosa. Su tramitación ha sido tortuosa porque el proyecto presentado en 2005 por Miragolf Playa, SA, fue anulado por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana y ahora lo impulsa por gestión directa el mismo Ayuntamiento, que recibió la cesión de la propiedad intelectual de toda la documentación que tramitó en su día Miragolf, de la que solo se ha eliminado el helipuerto que la mercantil pretendía construir.
La portavoz del partido Cipal de Altea, Carolina Punset, ha criticado que el PAI pretenda enviar las aguas negras residuales de más de 5.000 futuros residentes a la depuradora alteana, "porque se encuentra colapsada". Y el portavoz ecologista, Carlos Arribas, lo califica como un "desastre ambiental" porque "el 75% del PAI ocupa una Zona de Especial Protección de Aves o el Lugar de Interés Comunitario". Sin embargo, la Dirección General del Medio Natural de la Generalitat declaró el pasado 11 de mayo "la compatibilidad" del plan parcial "con la adecuada conservación de los hábitats y especies protegidos".
Al tiempo que el Consistorio promueve más de 2.000 viviendas de lujo, asegura que no "se establece la necesidad de destinar parte de suelo del sector a vivienda protegida", ya que "la reserva de VPO se ubica en los sectores de suelo urbanizable colindantes al casco urbano".
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